3/19/2014

Inmenso

Maldito todo aquel que justifique el sufrimiento como una prueba de fe, maldito el que crea que el dolor es una bendición, maldito el que humilla y se deja humillar, maldito yo por haberme permitido esta vida llena de inconformidades, llena de deseos reprimidos, llena de insatisfacciones, de miserias, sin sabores, de familiares y amigos que no pedí, amantes que no me merecen, de amor que nunca me hicieron sentir, soy tan maldito que ni termino conmigo mismo para torturarme y vivir mi masoquismo, me odio porque de odio nací y para mi desgracia aun no me desquicio y ser consciente de lo que siento y padezco, de mi decadencia. me siento ofendido de tener esta asquerosa nacionalidad, asqueado e insatisfecho de todo lo poco que he hecho, de la nauseabunda palabra trabajo, odio servir porque me hace sentir hipócrita, detesto hacer favores o sentir como si me lo estuviesen haciendo, nunca seré conforme, ni paciente como tampoco comprendido, valorado y mucho menos amado, no habrá reconciliación , me sentare a esperar el castigo divino, por haber sido un malagradecido lleno de dones, que no canalice, que no compartí o regale, el día que descubra que mi existencia ya no es la comidilla, el hazme reír, el shock, el fenómeno confuso, ácido, escuálido o el fetiche sexual de algunos, negociare con satanás una muerte glamorosa, porque a dios no le pienso regalar una lagrima de dolor ni sus muertes agónicas para alimentar su sadismo.
Siento que moriré sin conocer alguien inmenso, porque la humanidad es una especie tan poca, tan predecible y perversamente estúpida que lo único que poseen interesante sean unas cuantas pulgadas colgando entre sus piernas.

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